Hoy en día se puede visitar lo que quedó de aquella ciudad, se ha convertido en un parque arqueológico y fuimos gracias al viaje organizado por los profesores de Latín y Cultura Clásica.
Muchas cosas han quedado en perfecto estado y se puede ver con mucha claridad el tipo de casas en las que vivían, la arquitectura, cómo adornaban las casas, la plaza central, el teatro donde asistían los ciudadanos a entretenerse...
Esta ciudad, Pompeya, (lo que quedó de ella) es tan grande que incluso mi grupo de amigos y yo nos perdimos y no encontramos a los profesores hasta horas después, quienes nos habían dado un mapa y que, de hecho, nos mencionaron que nos perdiéramos sin miedo en la ciudad, ya que así la experiencia sería más vívida, y cuánta razón, gracias a esto pudimos ser cómplices de todo lo que conformaba la Antigua Roma y encontramos los sitios más destacables de la ciudad. También fuimos cómplices de todas las jarras, utensilios de cocina, fuentes, personas, incluso animales que fueron envueltos en el flujo piroclástico.
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